Bursitis: Inflamación de la bursa, estructura en forma de bolsa, que se sitúa entre huesos, tendones y músculos, con una función facilitadora del movimiento de dichas estructuras entre sí. Las bursas son cavidades llenas de líquido, localizadas en sitios tisulares donde los tendones o los músculos pasan sobre prominencias óseas cerca de las articulaciones, como por ejemplo el codo o la rodilla. La función de una bursa es facilitar el movimiento y reducir la fricción entre las partes que se mueven.
Tendinitis: Inflamación del revestimiento de la vaina tendinosa y del propio tendón que ésta encierra. Dado que este revestimiento es la membrana sinovial misma de las bolsas serosas articulares los términos tendinitis y bursitis se confunden. En definitiva, la tendinitis es la inflamación de un tendón (punto de anclaje de un músculo en el hueso). Se trata, por tanto, de lesiones traumáticas directas, lesiones por conflictos de espacio y lesiones por rozamiento. Estas causas son propias de la lesión del manguito del supraespinoso y de las lesiones por exceso de tracción muscular como ocurre en las tendinitis del tendón rotuliano en los saltadores.
Todas las tendinitis expresan una desarmonía entre la fuerza propia, en cada individuo, de cada tendón y la resistencia que este mismo tendón puede soportar en el momento del ejercicio.
Puesto que con la edad la fuerza decae, las tendinitis son más frecuentes en deportistas de edad más avanzada. Otro factor es constitucional y supone la disposición anatómica más o menos propia para hacer ejercicio y forzar tendones. Igualmente, toda rigidez muscular o tendinosa está ligada a tendinitis final, lo que requiere de estiramientos musculares que inhiban el riesgo.
La diabetes, la gota, el hipotiroidismo, el embarazo, la condrocalcinosis son cuadros sistémicos que intervienen tan directamente en la génesis de las tendinitis como los errores en el entrenamiento, el calzado o en general el material deportivo inadecuado o el aprendizaje impropio.
Las tenosinovitis nodulares son lesiones tendinosas que afectan a la membrana sinovial interarticular con nódulos de hemosiderina o de deshechos.
El tratamiento consiste en el reposo (a veces mediante férulas o inmovilizaciones) y en ocasiones infiltraciones con corticoide.
Prevención:
- Evitar movimientos repetitivos y el uso excesivo de una extremidad.
- Realizar ejercicios de calentamiento lentos antes de una actividad agotadora.
- Mantener todos los músculos fuertes y flexibles.
Tendinitis & Bursitis en Medicina Tradicional China
Las tendinitis y las bursitis, constituyen unas patologías muy comunes y muy invalidantes que reclaman no solo una ayuda correctiva directa sobre la lesión sino, algo esencial, una protección correctora de las causas biológicas que la producen y que la traumatología oriental precisa con fitoterapia personalizada.
Dice la Medicina Tradicional China que las causas biológicas de la constitución de las tendinitis y de las bursitis son las mismas, por lo que presenta su estudio conjunto. El terreno principal en el que La Medicina Tradicional China ha estudiado que se desarrollan la tendinitis y bursitis es Viento-Frío-Humedad en los Jing Mai asociado a debilidad de Qi y Sangre. Pero además para corregir el tejido dañado en tendinitis – bursitis es preciso hacer llegar sangre al tejido involucrado. No es posible en Obstrucción en la Microcirculación Jing Mai, por lo que también hay que drenar la microcirculación obstruida.
FITOTERAPIA CHINA: En China se ha estudiado una fitoterapia a base de extractos cuyo objetivo es corregir el terreno de debilidad y obstrucción microcirculatoria en la que la tendinitis se establece, estimular y drenar por tanto. I-19: Astragalus (Astragalus membranaceus Moench), Peonía (Paeonia lactiflora Pall.), Ajedrea (Satureja montana L.), Romero (Rosmarinus officinalis L.), Nogal (Juglans regia L.), Cardo santo (Cnicus benedictus L.), Cola de caballo (Equisetum arvense L.).